Las líneas del agua

Emplazamiento: escales del Carrer de la Pera, Girona

Autores: Alberto Berbegal, Juan Luis Campoy, Elena Climent, Mercé Coves, Germán Estalrich y Aritz Sáez

Promotor: Ajuntament de Girona

Superficie: 120 m2

Año: 2013

Planta y sección

Vista aérea

Escaleras y aparejo

Espacio interior y exterior

Zoom

Detalle Leds

Premis-Girona

Obra finalista en los 14º Premis d’Arquitectura de les Comarques Gironines convocado por el Colegi d’Arquitectes de Catalunya (COAC).

Proyecto en colaboración con ESPAIsatge.

 

Como cada año la ciudad de Girona da la bienvenida, en Mayo, acogiendo el festival Temps de Flors. Nuestra propuesta seleccionada participa con una instalación en la calle de la Pujada de la Catedral, una de las calles más interesantes del recorrido del evento por el call jueu de Girona.

MEMORIA:

El conjunto de la instalación pretende un paseo táctil que evoque las sensaciones de los campos de carrizo (=Phragmites australis) de los humedales.

La calle se entiende así como un río de gente donde el carrizo se presenta como huella de la presencia del agua y testigo de los valores mediambientales de estos ecosistemas, acompañando al visitante, y envolviéndolo con su color, su textura y su fragilidad, en contraste con la dura e impremeable piedra de la ciudad.

En los humedales de agua dulce crece abundantemente el carrizo (Phragmites australis). De esta caña, que puede hacer hasta 3 metros de altura, brota una inflorescencia parecida a un plumero. Tiene un aspecto de tacto suave. La belleza de esta inflorescencia no la encontraremos en la forma o el color de un único ejemplar, sino en las extensiones densas que forma la comunidad del carrizal.

Los carrizales muestran un mar de flores mecidos por el viento. Un paisaje de sutiles sensaciones táctiles y visuales en el que se mezclan elementos como el agua, la tierra y el aire.

La fragilidad de estas comunidades la convierte en una especie en peligro ante otras invasoras, como la caña (=Arundo donax). De este modo la instalación pone en valor la sutil belleza del carrizo, una planta poco común en jardinería  y de gran valor medioambiental como planta fitodepuradora.

Las ciudades son prácticamente impermeables. Los suelos de hormigón piedra evitan el drenaje del agua en el interior de la tierra imposibilitando la vida vegetal y el desarrollo de sistemas naturales. El carrizo y otras plantas semejantes ya no pueden vivir en estos entornos.

Traer el carrizo a la ciudad pone de manifiesto la artificialidad del ciclo del agua, la mala gestión y el escaso aprovechamiento del agua, en las ciudades. Cuando llueve el agua rebota contra la impermeable piedra y discurre por el pavimento o canalizaciones hasta el río y el mar, conectando los ecosistemas a escala global.